Esquí corto... ¿más medio que fin?
Unas tablas cuya longitud no supera el metro, una fijación muy simple, que permite la liberación del talón para ascender y la retiene (sin mecanismo de seguridad) en los descensos. Todo, incluyendo pieles y cuchillas, por un peso que ronda los tres kilogramos y que, sobre todo, tiene un momento de inercia muy inferior al de los esquís convencionales...
¿Esquí de montaña o montaña con esquís? Esta es la cuestión clave. Si soñamos con amplias laderas de nieve polvo fresca, cuánto más profunda mejor, muchos grados bajo cero y una estela surcando el blanco infinito como huella de un descenso ideal... ¡seguiremos soñando mucho tiempo! en pos de una ilusión casi utópica, empapados en nieves embarazosas, costras que se aplastan e intentos malogrados de giros imposibles. La frustración será, demasiadas veces, nuestra infatigable compañera, pero, por si aún no fuera suficiente, resulta muy duro abrir huella en esa nieve tan profunda y el riesgo de aludes en tales condiciones supera con facilidad lo aceptable.
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bajo las Foratulas (Brazato, Panticosa) |
Existe otro punto de vista: cualquier terreno, cualquier nieve. Lo importante es estar allí; llegar, volver... desenvolvernos aceptablemente en unas condiciones en las que osar esquiar parece poco sensato. Olvidar (o casi) las engorrosas vueltas maría y descargar más de un kilo de cada pie (al menos quienes disfrutábamos de equipos catalogables en el rango de reliquias); descender por los espacios más estrechos y vencer los corredores más inclinados, por el módico precio de renunciar a la velocidad... En tal caso, lo nuestro puede ser el esquí corto.
Mis argumentos se basan en una experiencia más bien breve, de sólo tres salidas a final de temporada, la última en pista, en la que tuve la oportunidad de distribuir mi tiempo entre los esquís convencionales y los cortos. Y, además, la comparación se establece entre unos Rossignol Free Venture recién estrenados y unas tablas con más de dos décadas de solera, equipadas con fijaciones Silvreta 400. A pesar de todo, las conclusiones parecen claras: el esquí corto se ha mostrado claramente superior en casi todo, especialmente en situaciones comprometidas y nieves difíciles, salvo en presencia de hielo y al precio anunciado de renunciar a la velocidad.
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ascenso a Garmo Negro (Panticosa) |
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el esquí corto |
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fijación... sin seguridad alguna. ¿De verdad prescindible? |
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traza sobre nieve profunda. A la derecha, la huella de ascenso: el "punteado" denuncia el hundimiento de cada paso |
Bien; hasta aquí el artículo. Lo primero que he de añadir es que han dejado de comercializarse los Free Venture de Rossignol (aunque, al parecer, se siguen vendiendo bajo otra marca: STC Snow Venture); tampoco será fácil encontrar unos Kong y he visto cómo desaparecían rápidamente excelentes propuestas de otras marcas como Hagan (Nanook). Al parecer, el esquí corto no goza de mucho éxito, pues tampoco me he cruzado con otros esquiadores equipados con "snowblade" o "bigfoot", como también se conoce a este tipo de esquí. Ciertamente, se ofertan hoy excelentes fijaciones de una gran ligereza y tablas largas adaptadas a las cotas "carving" contra los que resulta difícil competir y que proporcionan maravillosas experiencias en todo tipo de nieves. Sin embargo, por mi parte, me ratifico en casi todo lo afirmado anteriormente, si bien podría subrayar que el esquí corto se desenvuelve especialmente mal sobre hielo, hasta el punto que en alguna ocasión he tenido que sustituirlos por los crampones; también se mueven con escasa soltura en terreno llano y pendientes muy suaves con nieve profunda. Pero, cuando viajan en la mochila o se deslizan sobre una melaza profunda, pueden resultar una bendición.
Quienquiera que desee profundizar sobre el esquí corto, deberá sumergirse en internet y armarse de paciencia. Algunas de las palabras claves podrían ser: skiboard: gaspo, summit y revel8; luego quedará investigar, entre otras cuestiones, cómo adaptar a un determinado modelo una fijación que permita liberar el talón para los ascensos. Haberlas, haylas; más complicado será encontrar cuchillas o focas previamente adaptadas, aunque para estas últimas siempre se pueden cortar a la medida unas con anchura previa suficiente.
Y una advertencia final: quien no posea previamente una mínima técnica de esquí, no solucionará sus problemas merced al esquí corto, por muy manejables que sean estas tablas.
Ampliando las advertencias, diré que no, que no funcionan las botas de montaña. Lo he intentado un par de veces, siempre con resultado negativo. Son demasiado blandas, incluso las más rígidas y provistas de suplementos "ad hoc"; ya encontraremos muchas limitaciones con buenas condiciones... ¿qué se puede esperar en hielo, cuando hasta la bota de travesía no llega a proporcionar un apoyo lateral suficiente? Además, para escalar en hielo, mejor la bota de travesía que la de montaña, que solo puede ser superior en roca y mixto.
Quienquiera que desee profundizar sobre el esquí corto, deberá sumergirse en internet y armarse de paciencia. Algunas de las palabras claves podrían ser: skiboard: gaspo, summit y revel8; luego quedará investigar, entre otras cuestiones, cómo adaptar a un determinado modelo una fijación que permita liberar el talón para los ascensos. Haberlas, haylas; más complicado será encontrar cuchillas o focas previamente adaptadas, aunque para estas últimas siempre se pueden cortar a la medida unas con anchura previa suficiente.
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descenso del Pico Royo (Formigal, Culibillas) |
Ampliando las advertencias, diré que no, que no funcionan las botas de montaña. Lo he intentado un par de veces, siempre con resultado negativo. Son demasiado blandas, incluso las más rígidas y provistas de suplementos "ad hoc"; ya encontraremos muchas limitaciones con buenas condiciones... ¿qué se puede esperar en hielo, cuando hasta la bota de travesía no llega a proporcionar un apoyo lateral suficiente? Además, para escalar en hielo, mejor la bota de travesía que la de montaña, que solo puede ser superior en roca y mixto.