Vías Pirineos de dificultad media, [escalada PD, AD, D (IIº/IVº, máx. Vº)]. Vivencias de montaña. Rincones desconocidos o escasamente divulgados. Y alguna que otra reflexión

domingo, 23 de junio de 2019

Dents de Scie desde el Caillou de Soques

el Dent de Scie, con la curiosa y enhiesta pared triangular que lo defiende. 
Se ataca por la derecha mediante una breve trepada.


En el descenso por la vertiente gala del Portalet, llama la atención una pronunciada curva con sendos aparcamientos a cada lado y donde unas señales advierten del riesgo de aludes. Sorprende el sentido abierto de la curva, contrario a la línea natural siguiendo la cota en la vaguada. Estamos en el Caillou de Soques. Antiguamente se instalaron aquí unos semáforos conectados a unos sensores en el barranco, el Ruisseau de Soques, que anunciaban la inminente caída de una avalancha; aunque los semáforos desaparecieron, aún puede observarse sobre el torrente una instalación pendiente de un cable colgado, creo que todavía en servicio. En la actualidad, un muro artificial paralelo al curso del riachuelo señala el punto donde debe iniciarse el ascenso al Vallon d'Estrémère, sin que en ningún momento deba cruzarse el torrente. Un mínimo rastro de sendero desaparece enseguida, al tiempo que nos internamos en el hayedo; no conviene alejarse mucho del barranco que corre a nuestra izquierda hasta que más arriba nos reencontremos con la senda, ahora bien marcada y reconocible, que nos conducirá hasta el límite del bosque. Conviene retener este punto, ya que es el único razonable para entrar o salir del valle.


el curioso sistema detector de aludes.

el Midi, majestuoso nos acompaña al principio.

valle de Ossau; lago de Fabrèges al fondo.

primer escarpe, con O Tejau al fondo y restos de una antigua instalación minera en primer plano.


A nuestra izquierda queda la Crête d'Arrious et de Soques, que nos separa del valle de Arrious; a la derecha, la Crête d'Estrémère, que culmina en el airoso Dent de Soques, junto al pico más elevado de la zona, el de Soques, 2716 metros. Al fondo, cerrando el circo, la Punta O Tejau (2601 metros) y los airosos Dents de Scie (2561 metros), separados por el collado de Soques (2474 metros). Por la vaguada corre el Ruisseau de Soques, desplomándose sobre unos escarpes que será preciso rodear por la derecha. Una curiosa construcción abandonada da testimonio de una antigua explotación minera.
Una vez que hemos adquirido suficiente altura por encima del escarpe, ya en el paraje conocido como Soques de Haut, iniciaremos una larguísima y salvaje media ladera que nos lleva bajo el collado de Soques. Es de señalar que tanto este collado como el situado entre el Dent de Soques y el pico de Soques, son francamente traviesos y tienen la malsana costumbre de alejarse según nos acercamos a ellos; luego, muy pícaros, tornan sigilosamente a su sitio antes de que el GPS descubra la trastada. Así, no hay por qué sorprenderse si los últimos metros se hacen harto pesados. Ignoro que clase de ilusión perspectiva es la culpable, pero en pocos rincones de nuestro querido Pirineo he tenido esa sensación tan marcada. Y también me temo que poseer experiencia, es decir, ser muy viejo, no alivia, sino que tiende a acentuar la cuestión.


la Crête d'Arrious et de Soques (en sombra), que nos separa del vecino vallejo de Arrious.

pico de Soques, rey del lugar; justo en medio, asoma el escarpado Dent de Soques

el Dent de Soques.


Bien; ya hemos alcanzado el juguetón collado de Soques, tras la pequeña batalla librada para que no se escape de nuevo un poco más lejos y más arriba. ¿Y ahora, qué? Pues... que el Dent de Scie tampoco se va a dejar vencer con facilidad, defendido por una curiosa pared triangular, cuyo punto débil parece estar a la derecha, sobre la vertiente francesa. Pero si nos quitamos los crampones para atacar la roca, luego nos harán falta en la inclinadísima pendiente de hierba que lo limita, así como en la cresta cimera helada. ¡Menudo fastidio!, ¿no? Por lo que respecta al Pico O Tejau, el problema es otro, pero también enojoso: una inestable pendiente de derrubios, corta pero incómoda y peligrosa, en especial cuando el subsuelo está todavía muy húmedo.


pico de Soques desde la cima del Dent de Scie.

O Tejau desde la cima del Dent de Scie: ascensión sin dificultad, pero desagradable.

Palas, Arriel, Balaitús, Frondellas...

Por mi parte, he renunciado a la Punta O Tejau, carente de suficiente interés, salvo por la incorporación de una nueva cumbre al palmarés. En cuanto al Dent de Scie, casi absolutamente desconocido, mantiene el aliciente de una mínima y agradable trepada sobre una roca no demasiado fiable (IIIº). Muy, muy escasos pero divertidos metros, cuyos pasos más ásperos podrían eludirse sin dificultad, aunque lo recomendable no es buscar la facilidad sino la seguridad de la roca más firme, sobre todo, después del corto recorrido previo para llegar bajo la pared, bregando con esquistos pizarrosos en estado de absoluta ruina. En fin, que alcanzamos el muro vertical y disfrutamos de esos escuetos metros que nos brida; más allá espera una escarpada pendiente de hierba, por suerte tan bien escalonada que no plantea problemas, al menos cuando se presenta seca y sin hielo, algo que no sucedió en mi primera visita. Como en aquella ocasión tenía una buena excusa, con los pies doloridos por un experimento fracasado para lidiar con mis botas-rígidas-destroza-pies de horma inadecuada, no me costó nada darme la vuelta en el collado. Sin embargo, unas condiciones favorables para conquistar el Dent libre de hielo, suelen implicar la enojosa aproximación por terreno muy fastidioso cuando desaparece la nieve, que presume de presentarse muy helada casi siempre. Por fortuna, en primavera nunca faltarán algunas jornadas con buenas y equilibradas condiciones.


Tendenera y Sabocos desde el collado de Soques.

La canal de acceso al collado de Soques es muy suave por la vertiente francesa...

...pero bastante empinada al final por la vertiente sur.

O Tejau, camino de collado de Soques.

collado de Soques y Dents de Scie en el centro de la imagen. Se aprecia la larguísima media ladera a trazar, de la cual solo aparece en la imagen la mitad.