Vías Pirineos de dificultad media, [escalada PD, AD, D (IIº/IVº, máx. Vº)]. Vivencias de montaña. Rincones desconocidos o escasamente divulgados. Y alguna que otra reflexión

lunes, 24 de agosto de 2020

Infierno. Marmolera suroeste II

en verde, la vía original de 2015; en rojo, la actual, descrita en esta entrada.


¿Qué hago aquí, de nuevo en la marmolera suroeste del Infierno? Me he contestado con varias excusas de todo color y fundamento; quizá la más convincente de ellas pase por rememorar viejas sensaciones, propias de la que fue mi primera cita seria con las marmoleras infernales. Desde luego, allí, hace un lustro, nació mi querencia por estas losas luminosas, fervor que me llevaría a reconocer a fondo todas las marmoleras que ciñen esta peculiar montaña. 


rumbo al collado de Pondiellos; al fondo, Tendenera.

Y de esta marmolera, ¿qué? Pues he ensayado una variante, el filón diagonal inferior, ya de por sí de trazado algo menos elegante que el superior. Entrada directa, despreciando la primera sección, sin duda de menor interés. Encuentro una roca de gran calidad, pero no de tan excelente adherencia como recordaba; además, la roca oscura tiene las presas redondeadas y a veces húmedas; no me encuentro demasiado cómodo y opto por ascender hacia el familiar filón superior, el cual recorreré en gran parte, desviándome después un poco más arriba de la ya desdibujada vira, hasta alcanzar después directamente la cresta cimera, más o menos tal como queda reflejado en el croquis.
 
la marmolera suroeste, casi al alcance de la mano. Todavía imponente...


...pero pronto se humaniza y aparenta algo más accesible; tampoco conviene llamarse a engaño.

Pero tornemos al principio: salida desde el Balneario de Panticosa y llegada al collado de Pondiellos en poco más de tres horas, un horario ya desacostumbradamente bueno para mí, muy a pesar de que veo cómo me adelantan sin cesar andarines con menos años... y menos peso en la mochila, quienes aún cargan con ella. Hoy, por cierto, el monte está lleno a rebosar y el camino hacia el Garmo Negro es un rosario incluso en zapatillas de ascensionistas ilusionados; al menos, eso se deduce de sus comentarios apresurados. 


 ibones de Pondiellos, ya deshelados. No hay que intentar conservar la altura del collado, sino que es preferible descender hasta casi la orilla del primer ibón.

Amparado por el dictado de viejas experiencias, desciendo directamente desde el collado hacia los ibones de Pondiellos, aunque no preciso alcanzar su orilla. Sin la pretensión de recuperar altura, rodeo el espolón del Infierno y solo cuando tengo la marmolera suroeste a la vista, emprendo una media ladera ligeramente en ascenso. Sin mayor circunstancia, llego al pie de la marmolera una hora más tarde, todavía 200 metros por debajo de la cima. Un nevero helado residual, poco visible, ciñe casi todo el pie de la placa, pero lo puedo sortear sin problema. Me admira el aspecto impresionante de esta cara, la cual augura una dificultad muy superior a la real desde casi todos los puntos de vista, excepto desde donde estoy; apariencia sobrecogedora que, desde luego, también comparten quienes recorren la cresta cimera, algunos con el estómago encogido. 


Garmo Negro y Algas desde la cumbre del Infierno.

Me dirijo hacia una gran roca oscura, excelente referencia, para tomar pie en el marcado filón diagonal inferior. En total, será poco más de una hora el tiempo requerido para conquistar la cumbre, también bastante concurrida en esta ocasión. La marmolera es franca y permite muchas combinaciones, sobre una roca de gran adherencia y notablemente segura. Aunque hay que contar con esporádicos pasos de III, las complicaciones nunca abruman y la escalada, siempre elemental, es cómoda y placentera. Sin embargo, abundando en todos los aspectos ya citados en https://rondapyrene.blogspot.com/2015/06/infierno-marmolera-suroeste.html sería muy aventurado emprender esta ascensión sin una firme experiencia montañera. La pared queda muy, muy, lejos de la vertical, desde luego; pero, aunque permite circular por ella con facilidad, también es suficientemente enhiesta como para castigar sin enmienda cualquier error; por lo demás, es prudente mantenerse siempre próximos a las líneas del relieve que prometan continuidad de las presas, sea por fisuras o por cualquiera de los filones más o menos oscuros y de todos los tamaños que surcan la marmolera por doquier.


Arnales, collado Saretas y pico de Pondiellos, desde la cima del Infierno.

la cresta nordeste del Infierno; aguja Bicolor y Pitón Marrón (bautizos de Jean Arlaud).

la cresta de Arnales, desde la cima (izquierda), a la antecima sur.



sábado, 8 de agosto de 2020

Arnales, del esplendor al ocaso.

Érase un tres mil con su antecima sur, también de tres mil metros. La fiebre de la altura propició más visitas de las que le hubieran correspondido por su empaque, efectuadas casi siempre por su más que dócil vía normal, desde el collado que separa a nuestro protagonista, el pico de Arnales, del más afamado pico del Infierno (antaño, Quijada de Pondiellos). Merced a que su antecima también gozaba del pasmoso apelativo tresmilero, muchos se aventuraban a reconocer la escueta y aérea sección que separa ambas puntas. Incluso no faltaron quienes se decidieron a atacar la, de por sí, interesante cresta que nace en el collado Sarrettes.


Pero, resulta que sucesivas mediciones despojaron a la antecima de su corona, con lo cual también se desvaneció gran parte de su aliciente; tampoco se libró del revés la cima principal, que perdió la cota 3006, luego la de los 3002 y recientemente aparece reflejada en los mapas del IGN con "solo" 2996 metros. Curiosamente, una punta irrelevante en la cresta vecina, sacralizada como “tres mil fantasma”, ha conseguido atraer muchos invitados. Sic trasit gloria mundi.
cresta oriental de Arnales, tramo intermedio.
Entretanto, ¿qué ha cambiado en la naturaleza? ¡Nada! Bueno, algo sí; se ha caído alguna que otra piedra, pues, desafortunadamente, el airoso espolón que nace en el collado Sarrettes y la gallarda cresta que lo escolta no se caracterizan por la solidez de la roca; detalle a tener muy en cuenta, mientras que la dificultad técnica es realmente baja... aunque, quizá no tanto como lo pregonan ciertas reseñas. Puedo admitir la valoración de PD+, en tanto que apenas si se tropieza con algún que otro metro de IIIº, pero la exposición, el carácter aéreo de gran parte del recorrido y la calidad mediocre de la roca entran en franca contradicción con un nivel de dificultad inferior. Por más que tales circunstancias no se debieran tener en cuenta a la hora de valorar la dificultad, he de señalar que será frecuente realizar pasos de mayor complejidad técnica si deseamos resolverlos con seguridad. Por supuesto, nada nos librará de tantear cada presa y cada apoyo.ibones de Pondiellos.

vista de la primera sección de la cresta, hasta la antecima.

perfil íntegro de la cresta.

Desde el collado Sarrettes se ataca directamente el espolón, que pronto decae momnetáneamente en su impulso vertical para, enseguida, tornar a erguirse notablemente y oponer un corto muro, tan erecto como obligado, creo. Más arriba todo se vuelve más fácil, aunque siempre en un terreno muy exigente en cuanto a la atención requerida. Sucesivos resaltes, alguna pequeña brecha, casi siempre por el filo de la cresta y un torreón final, en esta ocasión de buena roca, hasta la antecima sur, la cual desprende una marcada arista en dirección sureste. La cresta hasta la cima principal es sinuosa y recortada, pero no presenta ningún obstáculo digno de reseñar. En total, supone en torno a una hora de escalada.
De la cima se desprende otra más que interesante cresta, a lomos de la cuenca de Bachimaña, que desciende hasta el mismísimo ibón de Arnales. Tan solo he recorrido su tramo central; se trata de un largo itinerario que presenta varios pasos de aspecto conflictivo junto a holgados tramos aparentemente muy pasaderos. Sea como fuere, este cresterío junto con el reseñado suponen dos vías de elevado interés para justificar una ascensión que únicamente desde el Infierno semeja de escaso provecho. Por cierto, también es factible llegar al pico del infierno desde el collado Sarrettes, sumando a lo ya citado el paso de la brecha:

¿Hablamos de sensaciones? Tengo que reconocer que superada la mitad de la ascensión, no me hubiera hecho ninguna gracia verme obligado a retroceder por donde había subido. Sobre todo, porque destrepar una roca tan vertical e inestable es sumamente peligroso. Sin embargo, dado que la información que poseía no hablaba de ningún obstáculo serio y en ningún momento me sentí apurado, el trayecto resultó placentero, mas pienso que no estamos ante una vía demasiado recomendable. De hecho, no encontraremos por aquí nada similar a las multitudes que suben a Garmo Negro, ni siquiera la proximidad de quienes pretenden conquistar el pico del Infierno por su cara sur.

Aun siendo más duro, recomiendo el ascenso por la cuenca de Arnales, efectuando el retorno a través del collado de Pondiellos, algo más corto y cómodo. Track: 

https://es.wikiloc.com/wikiloc/spatialArtifacts.do?event=setCurrentSpatialArtifact&id=54194781