Vías Pirineos de dificultad media, [escalada PD, AD, D (IIº/IVº, máx. Vº)]. Vivencias de montaña. Rincones desconocidos o escasamente divulgados. Y alguna que otra reflexión

domingo, 8 de abril de 2018

Ibonciecho y la Cubetilla


el antaño rincón virginal, apenas hollado... ya no es tan solitario. Al fondo, los pasos de Puy Arcol

Nevada reciente, elevado riesgo de aludes, condiciones meteorológicas inestables... Hay días en los que resulta absolutamente temerario iniciar cualquier recorrido por la montaña y es preciso desistir de cualquier proyecto, por muy seguro que parezca. Se dan también otras muchas jornadas que, sin implicar un compromiso extremo, tampoco son propicias para encuentros serenos con la montaña. ¿Renunciamos? No necesariamente, pero en tal caso será preciso calcular muy bien y con prudencia el riesgo asumible. Se imponen, pues, recorridos que razonablemente no supongan un claro desafío a nuestra integridad. Por fortuna, no escasean las opciones; eso de contemplar nuestros propios huesos ferozmente desorganizados es un espectáculo nada recomendable...

 
embalse de La Sarra al amanecer. Bueno, aún faltaba un poco para que saliera el sol...

Me gustaría aludir al paraje del Ibonciecho como un rincón olvidado y paradisíaco, pero diríase que ya está bien implantado en la memoria del colectivo montañero; de hecho es fácil encontrar aquí reconfortante compañía. No, no suele pesar la soledad; pero incluso para los solitarios recalcitrantes, se trata de un rincón amable, que bien merece una visita invernal, la cual parte del embalse de La Sarra, en las proximidades de Sallent de Gállego.


el Formigal y Escarra desde la pista al Ibonciecho

macizo de las Ferraturas: desde el Peyralun a la Soba, pasando por Soques.

la inolvidable Foratata... ¿la echábamos de menos?

Peña Retona, Pararayos, Semola Alta, Bucuesa, Águila... Punta Escarra.

Dientes de Scie, Soba, Pequeño Arriel...

No todo van a ser ventajas, por supuesto, que esto, aunque no muy altas, no dejan de ser montañas de verdad; sin embargo, es fácil encontrar buena nieve durante mucho tiempo en los vallejos aledaños al Ibonciecho; además, será factible trazar itinerarios bastante seguros cuando el riesgo de aludes es elevado, si bien en este caso podría quedar vedado el asalto final a las cumbres. ¡Qué le vamos a hacer! También es probable que la pista quede cortada o sea intransitable en los últimos metros por debajo del chalet del Ibonciecho; todo se reducirá a padecer cierta incomodidad y descalzar los esquís en más de una ocasión... ¿fastidioso?; ¡tampoco es para tanto! ¿Algo más prosaico?; particularmente, me pesa el acceso viario; dado que es un destino idóneo para épocas de buena innivación, llegar a La Sarra puede ser complicado, en especial en las proximidades de la presa; tampoco será fácil encontrar... ¡aparcamiento!; pero no desesperemos: la alternativa pasa por acceder desde Sallent enlazando con la pista de ascenso muy cerca de la presa. Ya que se trata de un sencillo paseo, el rodeo, muy hermoso, es una solución plenamente válida, pues el pertinente retraso en el horario carece de trascendencia. Durante el descenso, la pista desde el chalet suele ser esquiable, salvo con nieve pesada; no es ninguna delicia, no obstante, suele resultar bastante cómoda.


las Ferraturas; a la derecha, chalet y repetidor 

el repetidor (espejo de radioenlace para altas frecuencias), un poco más cerca...

...y el chalecito. El mural que preside la fachada es un homenaje a los trabajadores del complejo de La Sarra.
 Al menos, eso dice un texto rotulado en el muro; la firma del artista (M.A. Arrudi) es tan abstracta como su obra.

En cualquier caso, el acceso hasta el chalet del Ibonciecho tiende a permanecer relativamente exento del riesgo de avalanchas; a partir de esta curiosa construcción se abren varias posibilidades. El pico de Musales es la opción más directa y cuando menos merece la pena asomarse al collado, paso clásico hacia Respomuso para eludir las peligrosas avalanchas en el camino de verano que bordea el río Aguas Limpias. Alguna que otra pala más inclinada alterna con zonas casi llanas para consumar un ascenso afable y un retorno delicioso. 


Puy Arcol. Al fondo, presidiendo, Garmo Negro y Algas.

en plena ruta hacia el Musales, al fondo.

Como alternativa, hacia el este, podemos acercarnos al pico de Sanchacollons o contemplar las perspectivas del valle de Pondielos desde los pasos del Puy Arcol. Ahí duermen serenas, las altivas cumbres de Tebarray, Infierno, Garmo Negro, Algas... Y, puesto que las perspectivas justifican de por sí el esfuerzo de la excursión, siempre nos quedarán hermosas imágenes para el recuerdo.


curioso artefacto en las proximidades del chalet

las Ferraturas, entre el Portalet y Arriel.

Foratata.

Si algo me han enseñado los años, es a liberarme del obsesivo camino hacia la cumbre, cuando el encanto de un apacible paseo sustituye a la satisfacción de la conquista. Claro está, todavía no he conseguido plenamente tal propósito, pero sigo en ello. Parece que la zona de la Cubetilla es una buena escuela y algo he debido aprender... porque hasta hoy no he pisado ninguna de sus emblemáticas cimas, sea Musales, Sanchacollons o Puy Arcol.


ya de regreso en La sarra...

...no faltan pretextos, bien a tono con la época, para un merecido descanso.


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