Érase un tres mil con su antecima sur,
también de tres mil metros. La fiebre de la altura
propició más visitas de las que le hubieran correspondido por su empaque, efectuadas casi siempre por su más que dócil vía
normal, desde el collado que separa a nuestro protagonista, el pico
de Arnales, del más afamado pico del Infierno (antaño, Quijada de
Pondiellos). Merced a que su antecima también gozaba del
pasmoso apelativo tresmilero, muchos se aventuraban a reconocer la
escueta y aérea sección que separa ambas puntas. Incluso no
faltaron quienes se decidieron a atacar la, de por sí, interesante cresta que nace en el collado Sarrettes.
Pero, resulta que sucesivas mediciones despojaron a la antecima de su corona, con lo cual también se desvaneció gran parte de su aliciente; tampoco se libró del revés la cima principal, que perdió la cota 3006, luego la de los 3002 y recientemente aparece reflejada en los mapas del IGN con "solo" 2996 metros. Curiosamente, una punta irrelevante en la cresta vecina, sacralizada como “tres mil fantasma”, ha conseguido atraer muchos invitados. Sic trasit gloria mundi.
cresta oriental de Arnales, tramo intermedio.Entretanto, ¿qué ha cambiado en la naturaleza? ¡Nada! Bueno, algo sí; se ha caído alguna que otra piedra, pues, desafortunadamente, el airoso espolón que nace en el collado Sarrettes y la gallarda cresta que lo escolta no se caracterizan por la solidez de la roca; detalle a tener muy en cuenta, mientras que la dificultad técnica es realmente baja... aunque, quizá no tanto como lo pregonan ciertas reseñas. Puedo admitir la valoración de PD+, en tanto que apenas si se tropieza con algún que otro metro de IIIº, pero la exposición, el carácter aéreo de gran parte del recorrido y la calidad mediocre de la roca entran en franca contradicción con un nivel de dificultad inferior. Por más que tales circunstancias no se debieran tener en cuenta a la hora de valorar la dificultad, he de señalar que será frecuente realizar pasos de mayor complejidad técnica si deseamos resolverlos con seguridad. Por supuesto, nada nos librará de tantear cada presa y cada apoyo.
ibones de Pondiellos.
vista de la primera sección de la cresta, hasta la antecima.
perfil íntegro de la cresta.
Desde el collado Sarrettes se ataca directamente el espolón, que pronto decae momnetáneamente en su impulso vertical para, enseguida, tornar a erguirse notablemente y oponer un corto muro, tan erecto como obligado, creo. Más arriba todo se vuelve más fácil, aunque siempre en un terreno muy exigente en cuanto a la atención requerida. Sucesivos resaltes, alguna pequeña brecha, casi siempre por el filo de la cresta y un torreón final, en esta ocasión de buena roca, hasta la antecima sur, la cual desprende una marcada arista en dirección sureste. La cresta hasta la cima principal es sinuosa y recortada, pero no presenta ningún obstáculo digno de reseñar. En total, supone en torno a una hora de escalada.
De la cima se desprende otra más que interesante cresta, a lomos de la cuenca de Bachimaña, que desciende hasta el mismísimo ibón de Arnales. Tan solo he recorrido su tramo central; se trata de un largo itinerario que presenta varios pasos de aspecto conflictivo junto a holgados tramos aparentemente muy pasaderos. Sea como fuere, este cresterío junto con el reseñado suponen dos vías de elevado interés para justificar una ascensión que únicamente desde el Infierno semeja de escaso provecho. Por cierto, también es factible llegar al pico del infierno desde el collado Sarrettes, sumando a lo ya citado el paso de la brecha:
¿Hablamos de sensaciones? Tengo que reconocer que superada la mitad de la ascensión, no me hubiera hecho ninguna gracia verme obligado a retroceder por donde había subido. Sobre todo, porque destrepar una roca tan vertical e inestable es sumamente peligroso. Sin embargo, dado que la información que poseía no hablaba de ningún obstáculo serio y en ningún momento me sentí apurado, el trayecto resultó placentero, mas pienso que no estamos ante una vía demasiado recomendable. De hecho, no encontraremos por aquí nada similar a las multitudes que suben a Garmo Negro, ni siquiera la proximidad de quienes pretenden conquistar el pico del Infierno por su cara sur.
Aun siendo más duro, recomiendo el ascenso por la cuenca de Arnales, efectuando el retorno a través del collado de Pondiellos, algo más corto y cómodo. Track:
https://es.wikiloc.com/wikiloc/spatialArtifacts.do?event=setCurrentSpatialArtifact&id=54194781
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