Vías Pirineos de dificultad media, [escalada PD, AD, D (IIº/IVº, máx. Vº)]. Vivencias de montaña. Rincones desconocidos o escasamente divulgados. Y alguna que otra reflexión

sábado, 16 de mayo de 2015

Ferraturas, vertiente noroeste

el valle de Ossau desde la cuenca d'Estrémère
El macizo de Ferraturas, que incluye cimas tan señaladas como l’Ouradé, Soques y el propio pico de Ferraturas, separa el valle de Tena del de Ossau. Apenas frecuentado desde España, tampoco recibe muchas visitas originarias del país galo; en particular, muy pocos llegan a la cumbre de Ferraturas directamente por la cuenca del barranco d'Estrémère, lugar salvaje y solitario tapizado de empinadas pendientes, la primera de las cuales será ya un problema para acceder al próximo hayedo desde la carretera. El punto de partida se encuentra entre las dos primeras estructuras de prevención de aludes (unos cuatro kilómetros desde el Portalet), pero no será nada fácil descubrirlo: ¡no existe! Así que, ¡vale todo!, desde asir los matorrales hasta el sutil equilibrio entre pedruscos romos y la tierra compactada del talud. Apenas media docena de metros, pero, ¿y al regreso?... pues incluso se agradecería un pequeño rapel para bajar a la carretera. ¿Que estoy exagerando? Bueno, puede que un poquito, ¿vale? Eso sí, la única exposición del paso reside en que te atropelle algún conductor despistadillo. 

l'Ouradé desde la cresta
Peña Foratata y el valle de Tena; al fondo, la sierra entre Tendenera y Sabocos
desde la cumbre de Ferraturas, el cordal hasta el Diente y Pico de Soques; a la derecha, Palas y Arriel
Balaitus y Frondellas
Nos espera el acogedor hayedo; con un poco de paciencia tal vez consigamos adivinar un vago rastro de sendero entre la hojarasca por donde atravesar el bosque, permaneciendo siempre relativamente próximos al Ruisseau d'Estrémère. Apenas tres cuartos de hora después, hacia los 1.700 metros, el arbolado se aclara y se divisa un gigantesco espolón rigurosamente vertical y óptima referencia; eludiéndolo por la derecha, ascenderíamos bajo las estribaciones de la Coroneta para trazar después una larga travesía diagonal hacia el Ferraturas, mientras que por el flanco contrario es factible alcanzar directamente la cumbre siguiendo el curso del barranco. Me he visto obligado a retrasar esta excursión en varias ocasiones y apenas queda ya nieve, al menos por debajo de los dos mil metros; por el contrario, las torrenteras bajan desbordadas por un deshielo que el extremo calor de los últimos días ha recrudecido: se impone, pues, una enmienda en la intención inicial de ascender a lo largo del cauce d'Estrémère y he de optar por la alternativa de l’Ouradé. Solo que, por una vez y a pesar de los más de diez kilitos de la mochila, asciendo a buen ritmo, favorecido por una nieve dura y muy transformada; sin darme cuenta me planto en la cresta, al oeste y muy próximo al puntiagudo l’Ourade… ¡qué le vamos a hacer! Tendré que descender cien metros para recuperar el curso de la ascensión proyectada.

desde la cima del Ferraturas, la cresta hacia l'Ouradé y la Coroneta; al fondo, el Anayet
El día está muy pesado, con una inmensa calima que no deja ver el sol y escasa visibilidad. Me tienta la posibilidad de continuar por la cresta, como continuación del paseo que describo en otra entrada del blog (La travesía Peyralún / l´Ouradé), pero me consta que no es fácil el descenso de l’Ouradé… ¿tendré suficiente cuerda? Además, llevo bota rígida armada de crampones; en fin, lo dejaremos para otra ocasión.

l'Ouradé; la visible  fisura en diagonal es el problema a resolver para la continuidad de la cresta
el mismo paso desde otra perspectiva; la pared aquí es vertical ¿V?; como mínimo, un IV+


Pese a la pérdida forzosa de altitud, la cima me espera, próxima. La alcanzo enseguida, sin ninguna dificultad, coincidiendo con un repentino alivio del vendaval que, de tanto en tanto, viene azotándome sin piedad toda la mañana. Al menos podré hacer alguna foto que no salga “movida” (ojito: los expertos dirían “trepidada”).
la impresionante, aunque muy corta, cara noroeste de l'Ouradé
la Coroneta
Retorno por el mismo camino para evitar los arroyos crecidos; si bien la zona superior nevada se desciende plácidamente, los últimos metros hasta el bosque exigen un laborioso análisis del matorral para encontrar paso entre los escabrosos y pendientes domos herbosos; sospecho que mi intuición me ha conducido exactamente por el camino de ida. Realmente, el seductor atractivo del terreno salvaje nunca resulta cómodo.

el valle de Ossau durante el retorno
El pico de las Ferraturas tampoco es un objetivo libre de penalidades por la vertiente española; de hecho la zona superior alcanza una inclinación prohibitiva en la cara Sur, con bastantes metros verticales en caso de persistir cornisas, lo que viene a ser muy habitual hasta bien entrada la primavera. Existe un rodeo hacia el Este, a través de la cabecera del barranco de Balsaroleta, que permite eludir los principales obstáculos, pero nada nos librará de enojosos y deslizantes canchales en verano, ni de peligrosas cornisas en primavera e invierno. Desde Francia, es una cima fácil, algo menos incómoda pero con un gran rodeo si se parte del Caillou de Soques o, aún mejor, desde el Puerto Viejo de Sallent. En condiciones invernales la pendiente puede superar los 35º únicamente en algún punto aislado, casi siempre eludible, pero el terreno es propicio a las avalanchas, por lo que conviene esperar a la primavera hasta que la nieve se consolide. En verano, el horrible piso de resbaladizas pizarras es casi tan temible por Francia como por España.

No hay comentarios:

Publicar un comentario