Vías Pirineos de dificultad media, [escalada PD, AD, D (IIº/IVº, máx. Vº)]. Vivencias de montaña. Rincones desconocidos o escasamente divulgados. Y alguna que otra reflexión

martes, 23 de julio de 2019

Infierno Oriental, cresta norte.


cresta norte desde el glaciar: "pitón Marrón", Aguja Bicolor y, a la derecha, Infierno oriental y corredor norte.

Alcanzar la antecima oriental del Infierno por su cresta norte era un buen proyecto para culminar mi ya largo idilio con esta bellísima montaña. Pero no pudo ser. Este enredo no ha acabado en divorcio, ni mucho menos; será solo un paréntesis, quizá breve, mientras mantenga fuerzas para continuar el asedio a la anteriormente conocida como Quijada de Pondiellos.

aspecto general de la vertiente norte, desde el "pitón Marrón"a la marmolera.

el "pitón Marrón" y la pedrera que lo defiende, restos morrénicos del extinto glaciar, ya prácticamente nevero.

 
el "pitón Marrón" y la Aguja Bicolor; entre ambos la gran brecha.

No pudo ser… De hecho, tampoco es probable un nuevo intento, a pesar de que se trata de una ascensión interesante, pero la aproximación pesa lo suyo y la roca no es, desde luego, un aliciente. En fin, tras seis larguísimas horas de ascensión, tan solo pude alcanzar la primera aguja, el “pitón Marrón” (2884 m.), separada de la nombrada inicialmente  por Jean Arlaud como “pitón Blanco-Marrón” y enseguida bautizada como “Aguja Bicolor”; entre ambas, una profunda y difícil brecha. Buen punto, pues, para darme la vuelta, ya que continuar hasta la cima implicaba en torno a dos horas suplementarias, tiempo del que ya carecía. ¿Seis horas? Pues sí. Pesa la mochila, pesan los años y… obviamente, no era mi día, como en todo caso así lo demuestra tan desaforado horario. 

Bachimaña.

De cualquier forma, se trata de una ascensión bastante larga, tanto por la aproximación como en sí misma. No existen muchos datos a la hora de planificar la ascensión, a pesar de que algunos mojones, aquí y allá, hablan de conquistas recientes, favorecidas por la proximidad del refugio de Bachimaña. Históricamente, sabemos que Bourrel anduvo sobre estas piedras y que, más tarde, el grupo de Jean Arlaud, del que también formaba parte Bourrel, intentó el descenso por la arista sin poder culminar el recorrido íntegro de la cresta. Citaba Arlaud un recorrido de pesadilla sobre una arista extremadamente descompuesta que se desmoronaba a cada paso. No le faltaba razón; pues si bien en los puntos más comprometidos la roca mejora ostensiblemente, la pedrera se muestra intransitable y peligrosa cuando existe un mínimo de exposición. Y el resto de la cresta no permite la menor relajación. 

el Infierno oriental y su cresta norte, desde el "pitón Marrón"; al fondo se perfila la cresta este o de Anales, con su también algo complicada brecha (https://rondapyrene.blogspot.com/2018/09/infierno-arista-oriental.html)

la Aguja Bicolor, desde el "pitón Marrón". Se aprecia una posible vía casi por el centro; quizá también se pueda rodear por la vertiente oriental, de acuerdo con la referencia de Arlaud, aunque esto no parece muy evidente.

Así pues, parece que la brecha en cuestión es la dificultad más seria del recorrido, puesto que acceder al “pitón Marrón” no entraña apenas dificultad, salvo la pelea infernal con la pedrera. A pesar de su aspecto amazacotado se trata, en realidad, de una fina arista que únicamente exige una trepada elemental, renunciando, por supuesto, a las zonas de pedregal suelto. En cuanto a la brecha, quizá sea posible prescindir del rápel, merced a accesible una terracilla en la vertiente oriental; sin embargo, lo más probable es que el recurso a la cuerda sea inevitable. Tampoco será fácil ascender por el lado contrario, si bien se adivina una vía de no excesiva dificultad. Más allá no parece existir ningún obstáculo reseñable, pero la roca se presenta en sumo estado de descomposición, tal y como indicara Arlaud.

 
la Aguja Bicolor y el "pitón Marrón" desde Arnales.

el "pitón Marrón" y la Aguja Bicolor, desde el glaciar.

Respecto del acceso al “pitón Marrón”, seguí hasta muy arriba el GR11, desviándome en las morrenas del extinto glaciar, las cuales atravesé de derecha a izquierda hasta llegar bajo la base de la aguja; en cuanto pude, emprendí el acceso directo hacia su cumbre por la roca más firme. También se podría llegar más directamente desde el ibón Azul Superior, aunque ello exigiría rodear algunos afloramientos rocosos; en definitiva, probablemente, sin ningún beneficio. Esta aproximación es bastante enojosa, sobre un terreno poco estable, pero en general se puede transitar por zonas con poca inclinación donde el cantizal aguanta sin desplomarse bajo las botas. Pero ello no será siempre viable, lo que también explica, siquiera en mínima parte el tiempo empleado: dos horas ya para alcanzar Bachimaña desde el Balneario de Panticosa, una y media más hasta el Azul Superior y las restantes hasta culminar la oscura aguja. Todo un record, ¿no? Pero así son las cosas. Y así quedan reflejadas por si alguien quisiera completar esta, a pesar de todo, interesante cresta. Por mi parte, insisto: no creo que yo lo vuelva a intentar…

despedida. No pasé más allá del "pitón Marrón"... En el glaciar ¿nevero? ya no se aprecian grietas de tracción.

la marmolera norte, escenario de tres de mis nueve vías al Infierno.


1 comentario:

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